Franco visita las obras de la Alcazaba

Franco visita las obras de la Alcazaba tras la conquista de 1937

Conquista

 

Cuando la multitud se agolpa, cada año, un mediodía de agosto, vaso en mano, borracha de lunares verdiblancos, tirantes rojigualdas, a las puertas del Santuario de la Victoria, nativos e inmigrados, residentes, visitantes y allegados… puede, muy probablemente, que no sepan que están celebrando uno de los pasajes más crueles y vergonzantes de nuestra historia: la conquista de la ciudad tras un sitio de tres meses y once días, el 19 de agosto de 1487.

En mayo de 1487 empezó el cerco de Málaga, que se acabó el 18 de agosto por una rendición incondicional, como lo había dispuesto (el rey) Fernando; los quince mil vecinos de la ciudad fueron reducidos a la condición de esclavos y vendidos como tales.

Joseph Pérez

España Moderna (1474-1700). Aspectos Políticos y Sociales.

El asedio de Málaga fue uno de los episodios más sangrientos de toda la contienda. La facción belicista pretendía aguantar hasta la llegada del otoño para obligar a los castellanos a retirarse. Pero no habían almacenado provisiones suficientes y tampoco recibieron ayuda del exterior. Con todo, hubo violentos combates hasta el 23 de julio, fecha en la que el ánimo de los malagueños empezó a flaquear. En ese momento volvieron a levantar cabeza los pacifistas, dirigidos por el mercader Alí Dordux, que pretendía conseguir el estatuto de mudéjares para sus convecinos y el posterior reasentamiento de los mismos en Coín, despoblado por aquel entonces. Pero don Fernando sólo admite la rendición incondicional, pues ha decidido castigar a toda la población de un modo que sirva de advertencia al resto de las ciudades del reino que todavía resisten. Por eso, exceptuando a Dordux, sus familiares y clientes, el resto de los malagueños son deportados en masa, y aquellos incapaces de pagar el precio exigido por su libertad, que fueron los más, terminarían su vida como esclavos.

(Historia de Málaga)