Iglesia de la Merced en llamas

Iglesia de la Merced en llamas. Mayo de 1931

Iglesia de la Merced

 

Como ocurriera en otras poblaciones, a la proclamación malagueña (de la República) acompañaron algunos alborotos callejeros; pero fue un mes después, en mayo (de 1931), cuando esas algaradas subieron de tono drásticamente. La situación se tornó dramática cuando el día 11 empezaron los incendios y la destrucción de la mayoría de las iglesias y conventos de la ciudad. El Palacio Episcopal también fue atacado y destruido. Dado que estos actos vandálicos continuaban el día siguiente, las autoridades locales establecieron el «estado de guerra».

(Breve Historia de Málaga)

 

Los acontecimientos iniciales de la etapa republicana fueron especialmente desastrosos para nuestro patrimonio histórico artístico. La inauguración en Madrid del Círculo Monárquico provocará una trágica respuesta en nuestra ciudad; el carácter anticlerical que habían asumido los grupos de izquierda les llevó a considerar a la Iglesia como institución adscrita al poder tradicional, y, ante los acontecimientos de Madrid, la respuesta será la quema de conventos en Málaga.

El alcalde accidental, Enrique Mapelli Raggio, al no conseguir calmar los ánimos del pueblo, y comprendiendo las desastrosas consecuencias que podían seguirse de esa actitud, solicitó la salida de las fuerzas militares a la calle para contener a la población enfebrecida. Al no permitirlo el Gobernador Militar, General Gómez Caminero, se dejó el campo libre a los desmanes y, ante esa falta de apoyo Mapelli resignó el mando en la autoridad militar, continuando los incendios aún al día siguiente y declarándose el estado de guerra.

El inventario urgente de los siniestros alcanza unas cifras pavorosas: 18 iglesias, 22 conventos y colegios, el Palacio Episcopal y el Edificio de la Unión Mercantil, con todo su contenido.

(Guía Histórico – Artística de Málaga)

 

El anticlericalismo se materializó no sólo en la quema de conventos e iglesias de 1931, sino en las canciones de carnaval, teñidas de duros calificativos hacia la institución eclesiástica. Como vemos, los grandes temas del momento son recogidos por la memoria colectiva en una especie de recuento de lo vivido:

Las gentes más criminales
Que existen encima la tierra
Son los curas y los frailes
Y esas monjas sin vergüenza.
A confiscar los caudales
Que rinde la España entera,
Son los chupones más grandes
Inquisidores, lobos sangrientos,
Porque la prueba sacamos
Con eso de los conventos.
Los hemos tirado
De España al extranjero,
Y ahora se ven despreciados
Por canalla y bandolero,
Porque la sangre española
Desprecia al embustero,
Que para creer en dios
No necesitamos al clero.
Con la bomba oficiante
Que carga la religión,
Terminan curas y frailes
Y todas las monjas
De la nación.
Debía de estar lloviendo
Siquiera cuarenta días,
Por ver si este mundo ardía.
Que se quemaran esos curas
Y esas monjas tan mundanas,
Quemara el Ayuntamiento
Y parte de la Aduana
Quemara ese palacio, ese palacio
Y en ella al Obispao…

(Málaga era una fiesta. Los carnavales en la II República)

 

 

Plaza de la Merced(…) este amplio espacio , la mejor y más extensa atalaya natural situada en la inmediaciones de la ciudad, fue el escenario de duros combates durante el cerco de Málaga y, tras su rendición, ante la Puerta de Granada se efectuó la solemne ceremonia de su entrega y se formó la comitiva que entró triunfalmente por ella el 19 de agosto de 1487 y recorrió la Calle Real o de Granada hasta la mezquita, que fue consagrada en Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, símbolo de la fe cristiana que animaba la Reconquista.

(Guía Histórico – Artística de Málaga)