El Diccionario de la Real Academia define malagana como (de malo y gana) desfallecimiento, desmayo; el de María Moliner, más generoso, se extiende un poco más: Malagana. Mala gana: *malestar físico o desfallecimiento. MALA GANA. (I) («Dar; Tener»). Malestar físico que puede llegar a ser una «desgana» o *»desmayo». (II) V. «de mala gana». Y continúa: DE MALA GANA. «A *disgusto». Sin ganas. Es el desmayo el «accidente que consiste en desmayarse»( y esto, «perder accidentalmente la sensibilidad y la facultad de relacionarse con el mundo exterior», «perder el conocimiento»).
Este doble significado de la expresión, a disgusto, sin ganas, y el que lo aproxima al desmayo y al vahído, son los conceptos básicos sobre los que el proyecto MALAGANA se articula.
El mito de la identidad (de una idea, un individuo, una patria, un pueblo…) se construye mediante la rigurosa exclusión de aquellos elementos que podrían cuestionar su integridad ideal.
Cuando oímos o leemos la palabra Málaga, las imágenes que acuden a nosotros son fruto de una concienzuda elaboración histórica. En la construcción de esas imágenes que evoca el nombre de esta ciudad toman parte una serie de elementos cuidadosamente seleccionados por la historia oficial de los grupos sociales que detentan el poder – o más bien, los poderes, y, entre estos, el poder de narrar, de construir los discursos de la mitificación. Estos elementos suelen abarcar desde las vistas elegidas para las tarjetas postales (el Puerto, Gibralfaro, la Alcazaba) a los hijos predilectos (Picasso, Cánovas, el Marqués de Larios) o a los acontecimientos más conspicuos (Semana Santa, Feria) desde el punto de vista del espectáculo.
A la manufactura de esa imagen mítica, unificada, contribuye (con un peso tanto o más determinante que la presencia de los elementos escogidos como emblema) el proceso de negación, de exclusión de aspectos (personajes, sucesos) que el relato autorizado, sancionado -y sancionador- considera negativos, en tanto que susceptibles de dañar la integridad de esa imagen ideal.
En el proceso de construcción de la Málaga ideal no pueden, pues, dejar de tener lugar – y un lugar decisivo – malaganas, desmayos, pérdidas de conocimiento temporal, que dejarán fuera de juego a determinados aspectos vistos como improcedentes o inadecuados: un síncope, la oportuna lipotimia, que provoca la pérdida de la facultad para relacionarnos con el mundo exterior, la pérdida del conocimiento, esto es, una laguna de ignorancia que hace que sean pasados por alto sucesos que han sido elididos de esa narración constitutiva de la idea de Málaga.
Y es de mala gana, con desagrado – pues nos parece que no deberían ser así las cosas y nos da cien patadas tener que ponemos a señalarlo -, con fastidio, el olvido en que se sumen , la ignorancia en que yacen condenados, episodios, asuntos, personajes que consideramos importantes en nuestra sociedad.
Describiendo la situación de la Málaga recién ocupada por las tropas rebeldes, el 9 de febrero de 1937, el cronista del diario ABC en su edición de Sevilla escribía: «No es posible hablar todavía con los malagueños, puesto que aún no se han tranquilizado». ¿No se han tranquilizado aún los malagueños? ¿va llegando el momento ya de hablar, de oír, de dialogar, de discutir sobre este y otros hechos?
La finalidad de este proyecto es la de propiciar una lectura «otra» ( y también de una Málaga «otra»: MALAGANA seria el tono que definiría la disidencia frente al entusiasmo programático de la cultura oficializada), otra vía de acceso a lugares y/o eventos o recuerdos significativos del imaginario colectivo malagueño, una re-socialización de la narrativa de la ciudad. Devolverles la palabra, hacer «hablar» a los sitios, dar oportunidad a los iconos locales de ser oídos en lugar de solamente contemplados.
El «Diccionario del español actual» de Manuel Seco define malagana como » (tb. con la grafía mala gana) f (col) Indisposición o mareo»; y pone un ejemplo: «Tengo malagana, voy a prepararme una manzanilla». Sea MALAGANA una infusión que ayude a disolver cualquiera de estos nudos intestinos, ácida homeopatía benigna, alivio rápido, para estos procesos no digeridos.
Salud, pues.
Esta página está abierta, pues ésta es su razón de ser, a las sugerencias, puntualizaciones, correcciones, recriminaciones, desmentidos, subrayados y todo tipo de aportaciones, tanto de imágenes como textuales.
La voluntad de Malagana es la de ser un espacio de almacenaje de datos tanto como un punto de encuentro y debate entre todos aquellos interesados en los olvidos y ausencias que, por debajo de la historia oficial, de la narración sancionada de lo que fue, forman el entramado invisible en que aquella se sustenta, las hipotéticas historias otras de lo que estuvo a punto de ser, de lo que se ocultó, de lo que pudo haber sido, todo ello substrato de lo que somos hoy.